domingo, 3 de julio de 2011

Sumeria

La música y las canciones sumerias demuestran que componían exactamente igual que los compositores europeos occidentales en sus arreglos estructurales y armónicos.
Si leemos su música y escuchamos sus poemas no nos suenen extraños o ajenos en absoluto, ni siquiera en lo más profundo de sus sensaciones y sus sentimientos. De hecho, al contemplar la gran civilización sumeria, no sólo nos encontramos con que nuestra moral, nuestro sentido de la justicia, nuestras leyes, nuestra arquitectura, nuestras artes y nuestra tecnología ya existían en Sumer, sino que, además, las instituciones sumerias nos resultan muy familiares, muy cercanas. Parecería que, en el fondo, todos fuéramos sumerios.

Después de excavar Lagash, la pala de los arqueólogos descubrió Nippur, la que, en otro tiempo, fuera centro religioso de Sumer y Acad. De los 30.000 textos encontrados allí muchos siguen sin ser estudiados en nuestros días. En Shuruppak, se encontraron escuelas que databan de 3.000 a.C. En Ur, los estudiosos encontraron magníficos floreros, joyas, armas, carros de batalla, cascos de oro plata, cobre y bronce, fábricas de tejidos, registros judiciales, y un alto zigurat cuyas ruinas aún dominan el paisaje. En Eshnunna y Adab, los arqueólogos encontraron templos y artísticas estatuas de tiempos presargónicos. Umma produjo inscripciones que hablaban de antiguos imperios. En Kis, se desenterraron edificios monumentales y un zigurat de, al menos, el 3000 a.C.

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